De alguna u otra manera, todos nos hemos acordado. De tu voz, de tus sonrisas; anécdotas que ilustran nuestro paso por la vida, en presencia tuya, ni más ni menos, María.
Me cuentan los chicos que el viernes se juntaron en el parque a comer un asado y celebrar; hubiese querido estar allí, junto a ellos, junto a vos, junto a ese mundo que tan importante fue para nosotros, pues nos hizo conocer a todos.
Hoy es hoy. El tiempo es uno solo y marcha en su sostenido rumbo. Hubiera querido seguir diseñando cartulinas con dibujos, letras y colores para enviártelas en esta ocasión que para mí siempre es especial.
Pero allí estás. Y en el encuentro que hemos tenido el viernes, ambos pudimos darnos cuenta que seguimos compartiendo mucho.
Gracias, amiga. Gracias por estar presente entre nosotros y por no dejar de acompañarnos.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Seguir siendo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)