jueves, 27 de marzo de 2008

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Consagrado a los dioses Manes, aquí está enterrada,
Ojos de Sol, pequeña dulcísima, que vivió cinco años, dos meses.
Yace en la tierra de Apulia que es enemiga de muchas madres.
Tú viajero, ven aquí y recuerda:
Es preferible vivir un instante, si ese instante lo hacemos eterno.
Ahora vete. Respira. Algún día volverás.
La amada madre lo hizo.

(María)

2 comentarios:

Adriano dijo...

Esa idea de vivir la vida de tal manera de hacer de cada uno de sus instantes un momento eterno siempre ha guiado el pensamiento de María...

En innumerables ocasiones me hablaba de eso, de poder vivir un instante sin guardarse nada, conspirando en favor de, pongámosle, su felicidad.

Creo que María ha sido feliz. Podrá haber tenido momentos difíciles, como todos, pero aun así, siempre luchó, buscó ponerse bien, estando expectante a la próxima sonrisa. Y vaya si lo ha logrado...María se reía...Se reía mucho. Y compartía con toda su gente los caminos que estaba transitando.

Anónimo dijo...

Este es el epitafio que María escribió para Latín II.