jueves, 10 de abril de 2008

A mi querida Amiga

María, querida María, amiga que me ha regalado este teatro de ilusiones conocido como mundo. Aquí estoy, lleno de fe, triste pero no desvanecido, de pie, escribiéndote desde este lado de la vida para contarte que nada ha vuelto a ser como hasta entonces, pero que a pesar de todo permanezco en este camino, siempre contigo, ahora más que nunca, suspirando mientras alzo la mirada a las alturas para ver si allí te encuentro.

María de los Ángeles y hoy también de las Estrellas. Nada ha vuelto a ser como hasta entonces, ni siquiera el cielo, que ha cambiado su geografía para mostrarme a un sol arrodillado, radiante pero sereno, siendo testigo de tu luz que alumbra mi existencia y también la de todas las personas que pertenecen a tu corazón enorme. Hoy, a ese sol, puedo taparlo con un solo dedo y atraparlo en un instante para que me obsequie tu cálida presencia.

Desde hace unas semanas asistimos a la inevitable peregrinación de tu relativa ausencia, porque las personas buenas y queribles no se irán jamás. Aquí nosotros, en medio de un laberinto que no hemos elegido, y cuya única salida es la paz de tu recuerdo. Te queremos tanto que las montañas ya se han derrumbado.

No puedo explicarte lo que siento. Pero aun así, lo intento. Y te digo que de aquí en más -y desde antes también - me dedico a la pasión de darte a conocer. María, pequeña reina Maruca según el inmenso amor de tu hermana Ceci, lo has logrado. Sos eterna, sos inmortal, te siento participando de mi vida y estoy seguro de que me entendés, yo sé que sí, cuando casi todas las noches prendo una vela y te cuento cómo van mis días, sabiendo que no le estoy hablando a la nada, permanentemente convencido de ello, logrando un alivio que, como vos alguna vez me has dicho, lleva el nombre de reencuentro.

Puedo sentir nuestra conexión más intacta que nunca. Siempre hablábamos de eso y nos trascendían tantas semejanzas que, entonces, concluíamos que el mundo estaba lleno de señales que eran más grandes - mucho más grandes - que nosotros. Nos habitaba ese impresionante asombro. Ese misterio para vos ya revelado. Pero el mundo, querida amiga, el mundo...El mundo también es un suspiro...

...que no acaba...
...que perdura...
...que emociona...

María de los Ángeles y hoy también de las Estrellas. Mis ojos se nublan delante de una hoja y una gota de rocío cae lentamente, alumbrándome tu imagen y dándome esas fuerzas que jamás tuve en la vida. ¿Cómo poder explicar este milagro si no es a través de tu presencia? Agradezco a Dios haberte conocido, pues sin duda alguna fue una de las cosas más lindas que me han sucedido.

Es por todo eso que en tu nueva casa estoy, visitándote con toda la otra gente que te quiere y que te extraña, que llena de impotencia intenta seguir adelante como puede. Veo que también ingresan un montón de afectos que no conozco personalmente, pero sí a través de tus palabras que solían anunciarme los protagonistas de tu hermoso elenco. Aquí están ellos: Ceci, Claudio, tus hermanos...Y también otras personas que formaron parte de lo más lindo de tu vida. No sabés qué ganas de abrazarlos para sentir que también estoy con vos y para que ellos sientan lo mismo al hacer lo propio conmigo.

Mientras tanto, otro suspiro. Hoy he visto llorar a las palomas. Comían de las migas que les había llevado a la plaza principal. Lloraban por la injusticia, pero yo las consolaba. Pues, amiga, querida amiga, ¿acaso no puede haber justicia más grande que la del recuerdo eterno? Y tras ello, las palomas echaron a volar, se fueron y se perdieron por allí, por donde vos debés estar ahora.

Quisiera poder dibujar piruetas en el aire, o jugar al igual que vos con tus pequeñas manos, como en aquella otra tarde de abril, en la que siguiendo el lenguaje de los sordo-mudos que por entonces estabas aprendiendo, me dijiste, simplemente, te quiero.

María, querida María. Gracias de todo corazón por estar siempre conmigo y también por estar con todos nosotros.

Te quiero, te extraño, te necesito para poder seguir mis propios caminos. Yo los estoy transitando a mi manera, mirando siempre el horizonte. Estás conmigo. Sé que sí.

Desde aquí, desde algún lugar del mundo, simplemente te regalo...te regalo...te regalo...

...Un abrazo sin distancia.

Con el cariño de siempre, tu amigo...

ADRIÁN

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Adrian,Juan Pablo, Vasco, María la Rubia, Flopy, Joseline, María José, Naty, Claudio, hermanito:
Quiero darles otra vez las gracias por revivir cada día a mi hermana. Es una forma de acercarme a ella el estar aquí, leyendo lo que dicen. Siento que estoy como ustedes. Un día creo tener clara la realidad, pero a los pocos minutos otra vez se me escapa y me siento inmersa en una pesadilla.
¿Cómo explicar a un simple mortal como yo que mi dulce hermana, con la que pasé tantas cosas, con la que soñé tanto futuro, de la que imaginé sobrinos, la que vi titularse, la que esperé de visitas en mi casa, la que quería abrazar y contarle cosas triviales de la vida, ya no está como quisiera que esté? Es que todavía no lo entiendo, si veo sus fotos y ella está ahí, feliz, imaginando lo que viene, planificando un después y gozando el ahora. No se que es esto del famoso duelo, todavía no lo entiendo y no lo quiero entender, es que te extraño tanto y no quiero asumir que esto ya no tiene remedio. Me alegra tener muchos recuerdos que se enlazan y conforman la porción de nuestras vidas que pudimos compartir, pero siento que no me alcanzan, me faltan emociones, me faltan los abrazos que ya no tendré. Soy una simple persona incapaz de asumir la muerte como tal y ya se me hace cuesta arriba llenar mi cabeza pensando que solo me quedan los recuerdos. No me llenan, no...
Hoy durante el dìa pensé que estaba mejor, que había dado un pequeño paso al frente. Pero cae la noche y es inevitable intentar apretar entre mis dedos las imágenes que ya no laten, que ya no me hablan.
Busco señales, esas que dice Adrian, quiero alguna que aunque sea en mi imaginación yo pueda decir "la Marita me dijo esto". No encuentro ninguna. Tal vez me falta la visión filosófica que te apasionó tanto, tal vez me falta sencibilidad para entenderte. Pero me cuesta tanto acostumbrarme a esta ausencia infinita.
Te extraño, me dejaste un vacío oscuro e imposible de llenar aun cuando a todos nos dejaste tantas cosas lindas, tantas enseñanzas, tantas conclusiones. Ni el más hermoso de los recuerdos me va a regalar un beso tuyo.
Hermanita, si tengo la convicción de que nos estás viendo, tal vez desde una estrella, como dice Adrián, o convertida en angelito, como lo decía tu nombre.
Me acordé que a mi se me ocurrió que te llamaras María de los Angeles, yo tenía 12 años cuando naciste. Alguna vez me dijiste que no te gustaba tu nombre, a mi me parecía tan celestial, siempre me gustó y creo que ahora no puede ser más oportuno.
Bueno, hoy no estoy para levantarle el ánimo a nadie, solo quiero descargar sentimientos escribiendo, esto se ha convertido en una necesidad. Antes te escribía correos, ahora, no estoy segura de que los leas, o tal vez si, al igual que este blog.
Una vez más te digo que te quiero y que fuiste la hermana que quise tener, aunque de algunas cosas me haya dado cuenta un poco tarde.
Ceci

Adriano dijo...

QUERIDA CECI:

Es algo muy lindo tenerte aquí, compartiendo tus impresiones, visitando también la nueva casa de tu hermana, nuestra querida amiga.

Hay veces que siento que las palabras sobran o que ninguna de ellas podrán oficiar como consuelo, porque por ahí no hay mucho que decir. Es un camino, el del silencio, muy respetable por cierto...Pero yo me inclino por esta vía de poder expresarnos, de exteriorizar lo que nos sucede y aprender a caminar estos trayectos, misión difícil, desde ya, pero no imposible.

Contás que a veces creés estar mejor pero luego te das cuenta de que no. A todos nos está pasando. Somos humanos, ni más ni menos que humanos, es propio de nuestra naturaleza oscilar entre emociones tan diversas, tratando de asimilarlas como podemos.

Me parece muy valioso rescatar esa idea de "¿Cómo poder explicar a un simple mortal como yo que mi dulce hermana (...) ya no está como quisiera que esté?". Ése es el punto, Ceci...Ella está, de otra manera, pero está. Entonces...Ningún camino que emprendamos va a estar "vacío" de ella, siempre va a estar acompañándonos, es importantísimo tener en cuenta esto, porque pone en evidencia toda una manera de concebir la vida. Ceci, querida Ceci, estamos juntos en la misma vereda, sabiendo de que ella ESTÁ.

Trato de entenderte, también de acompañarte...Ver las fotos...Yo también las veo, las que están puestas aquí y otras que yo tengo...Y digo, me indago, me pregunto, me cuestiono: ¿cómo pudo haber sido que...? Y sí...Ha sido. Pero fijáte que en toda imagen hay un mensaje (...hay varios, diría): ella está contenta, muy entusiasta, pasánadola bien...El mensaje (uno de tantos) es que vale la pena vivir así, comprometerse con las propias circunstancias, no dejar que la vida fluya mientras la vemos pasar desde el vértice de un ventanal...Y creo que aquella máxima de María "vivir sólo cuesta vida" es eso: es como decir, "bueno, si hay que vivir, voy a vivir viviendo...". Un mensaje que nos tiene que alentar a todos los que la queremos a comprometernos con nosotros mismos, sin olvidar lo triste y doloroso de este hecho, desde ya, pero sabiendo que el mundo está lleno de señales y que hay que estar atentos para interpretarlas, para poder significar o resignificar nuestros propios rumbos.

Decís que sos una simple persona incapaz de asumir la muerte como tal. ¿Acaso todos pueden asumirla? Desde ya que no...¿Y sabés por qué? Porque todavía no podemos comprender el milagro de la vida...De manera que mucho menos podremos entender el misterio de la muerte.

Buscás señales...Yo también. Y creéme que ambos las vamos encontrando. ¿Cómo es eso? El sueño, Ceci...tu sueño, ése que nos contaste hace unos días. Decíme si ésa no ha sido una señal más que elocuente de que ella está con vos, con ustedes, con nosotros. Vas a ver que siempre será así, pero no hay que fenecer en el intento...Hay que tenerse confianza...Nada nos llegará como por arte de magia, pero sí si nos comprometemos a seguir en contacto con nuestros seres más queridos.

"María de los Ángeles"...Un nombre con una carga significativa enorme. Un legado tuyo, mirá vos...Un lindo regalo que le has hecho y que se ha constituido en su identidad, esa misma identidad con la que anduvo por el mundo anunciándonos sus verdades.

Ceci...Es lindo que pases por aquí. Me gusta leerte, que nos encontremos en la casa de tu pequeña hermana...Decí lo que sientas, nunca te lo guardes, estamos para acompañarte...Estamos para acompañarnos...

...Y, si se me permite, te diría que no te lamentes tanto por lo que no ha sido (de hecho, el universo está lleno de cosas que pudieron ser), sino que disfrutes por todo lo que ha sido...y que fue tanto, tanto, tanto...María siempre me hablaba con mucho cariño de todos y cada uno de ustedes...De su hermana Ceci que anduvo por el mundo...Claro que sí...

Un gran abrazo sin distancia...No dudes en contar conmigo para lo que necesites...

Anónimo dijo...

Adrian, me he tomado la libertad de contar con ustedes sin pedir permiso. Lo necesito como si fuera una vitamina para poder avanzar, gracias por darme permiso para contar contigo.
Hoy es un día mejor para mi, y he pensado mucho en ella, pero hoy es de esos días en que puedo recordarla con alegría. He recibido correos de ustedes, de muchos de ustedes y es casi como cuando veía que había un correo, lo revisaba y decía "María de los Angeles", me daba tanta alegría, leer lo que ella podía contarme, porque siempre estaba apuradita. A veces eran correos más largos, también donde se explayaba más, eso dependía de los $$ que hubiera de por medio o de si tenía que ir a estudiar para preparar un examen.
Es cierto que hay que disfrutar de lo que fue y no lamentar lo que no, son muy ciertas tus palabras. Pero no todos los días uno es capaz de ver la mitad del vaso lleno.
Siento que al visitar esta casa tambien los abrazo a todos ustedes, como si estuvieramos apretados todos por la misma causa, de la mano en esto, y creeme que también he elegido este modo de expresar las emociones en lugar del silencio y la amargura de no compartir lo que siento.
Gracias otra vez.
Ceci