viernes, 11 de julio de 2008

Diez sucesos que me recuerdan a María

  1. Los mensajes de texto a cualquier hora y bajo cualquier circunstancia, generalmente sin comienzo ni final, escritos, la mayoría de las veces, entre tres puntos (...) suspensivos.
  2. Las cartas escritas a mano; a veces más prolijas y cuidadas, y otras veces con su letra rebelándose ante el orden sugerido por los renglones, en clara alusión de efusiva necesidad por compartir lo inminente.
  3. Los mails que denotaban alegría, tristeza o algún estado difícil de poder explicitarse, pero casi siempre adornados por metáforas, ejemplos y varios gestos de poesía.
  4. Las conversaciones ininterrumpidas, maratónicas, eternas; en las cuales ninguna acotación era salida de contexto, sino que cualquier intervención daba lugar a que "todo tiene que ver con todo". Y esos vínculos entre ideas que aparentemente eran disímiles, bajo ningún punto de vista eran forzados.
  5. Los diferentes estados de su risa, desde un leve y cómplice mohín hasta la carcajajajada acompañada por los ojos cerrándose al punto de contraer la nariz y no parar más, queriendo alimentar ese estado de felicidad.
  6. La permanente recomendación de libros que, por una u otra razón, fueran susceptibles de su fascinación: Así habló Zaratustra, Rayuela, y muchos más...También de su música predilecta, como Los Redondos y Liliana Felipe.
  7. Algunas expresiones que viven hoy en muchos de nosotros y que han llevado su sello: "Un abrazo sin distancia", "lo que se quiere no se olvida" y, claro está, "vivir sólo cuesta vida".
  8. La decoración del lugar donde la encontrara viviendo: cartulinas colgadas de las puertas y las paredes, con fragmentos de diversos autores que resultaron significativos para ella.
  9. Sus sueños de juventud, que manifestaron siempre coherencia, en el sentido de que sus expectativas iban en concordancia con sus hechos; lo único que podía llegar a variar era el lugar de su realización.
  10. La continua evocación a los amigos; y especialmente a su familia (papá, mamá, hermanos, sobrinos, tíos...), hablando de todos sus afectos con mucho cariño.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Su recuerdo siempre se pasea por la mente de quienes la amamos y hoy no hacemos más que extrañarla.
El subconciente se manifiesta en los sueños. La veo y siempre intento abrazarla, ese abrazo que me quedó pendiente y que nunca será. La última vez la apreté y ella luego hizo lo propio, sentí mucha emoción al hacerlo y afortunadamente no estaba la figura de la muerte de por medio. Hubiese querido detenerme en ese momento de ilusión, no importa cuan lejos o cerca de la realidad pudiera estar.
Sí, efectivamente su recuerdo insiste en refugiarse más allá de la mente, en la piel, no se.
La recuerdo pequeña y frágil, en las escenas cotidianas aparece esa anégdota que ella tejió para nosotros. Siempre hay alguna apropiada para cada momento.
Los mates con facturas bajo el parral en Regina, por supuesto acompañadas de conversaciones y risas; las tardes en la pelopincho, mirando a sus sobrinos divertirse en el agua; los viajes de ida y vuelta, lindos los encuentros, duras las despedidas; los mails siempre empezaban con "hola hermanita" y terminaban con "los aioio", en alución a Pablito que no sabía decir los adoro; las llamadas telefónicas parecían siempre breves aunque fueran de media hora; las películas de terror que mirábamos y nos asustaban cuando las luces se apagaban, Claudio se encargaba de hacerlo más terrorífico aún; sus fraces célebres "salud Maía", "no se rían por Dios", "si usted quiere tío"...
Afortunadamente su recuerdo es persistente y me gusta tenerlo cerca. Me gusta pensar que existe en algún lugar y tiene la magia de un duende. A veces me ayuda en momentos algo complicados, pone su varita mágica a mi favor.
A pesar de todo siento que me faltaron vivencias, siento la falta de ese último abrazo y aún lo necesito.
Mi hermana es un gran recuerdo no puede ser cierto que sólo sea eso. Se que está aún, repartida entre todos los que formamos parte de su corta vida.
Un abrazo a todos los que luchan por aclarar esta situación tan horrible, desde la distancia los quiero a todos.
Ceci

Adriano dijo...

Tantas anécdotas, tantos recuerdos...Qué lindo saber que quienes hemos compartido algo con María hemos sido felices junto a ella.

Un gran abrazo, Ceci...Gracias por compartir siempre los sucesos que te vinculan a tu hermana.