martes, 23 de septiembre de 2008

Se vende un gote

Mi hermana es maravillosa, es tierna y mágica. Es capaz de hacerse cargo de mi mente cuando quiere. Juega a estar presente a cada instante. Siempre hay algo que me la pone por delante.
Recordaba el otro día cuando vino por primera vez a Punta Arenas. Yo vivía frente al mar, a 20 minutos del centro de la ciudad. Como era época de vacas flacas los paseos eran caminando por la costanera, riendonos y tratando de llegar rápido a no se donde. A la orilla de la playa había una casucha muy humilde, tal vez de un pescador, no lo se, donde decía con letras escritas con carbón "Se vende un gote, tratar aquí". Nos causaba mucha gracia y es una frase que es parte de las historias familiares, ya nadie dice bote, sino "gote", ella también lo hacía y siempre nos reíamos de la historia, repetida, pero divertida. Ahora ya no existe esa casucha, hace mucho tiempo que la sacaron y dejaron sólo lo más lindo. Sin embargo esa historia tan simple es parte del recuerdo que se antepone con facilidad al trascurrir de la vida actual.
Como esta hay muchas anécdotas que se adecúan a cada situación y es justamente los recuerdos de su vida los que superan al de su muerte. Creo que ella intercede desde su espacio para que la recordemos con alegría y nos sigamos riendo de los "gotes".

Quería compartir esto con quienes la quieren y la extrañan al igual que yo.

Ceci

1 comentario:

Adriano dijo...

La anécdota es muy buena y graciosa. Es increíble cómo pequeños sucesos logran trascender tanto hasta transformarse en lindos recuerdos.

Gracias por compartirlo.

Un abrazo.