martes, 16 de septiembre de 2008

Seis meses

Muchos no fuimos testigos del preciso instante, pero fue como si los hubiéramos acompañado.

Varios
no vimos lo que sucedió, pero pudimos reconstruir todo según lo que nos comentaron.

Algunos
no escuchamos nada, pero es verdad que en nuestros oídos hay un eco que retumba.

En aquella madrugada, una multitud apagó sus ojos junto a ustedes; y espera, algún día, poder abrirlos nuevamente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es inevitable que se revuelva en la mente el recuerdo de ese adios tan brusco, tan horrible. Han pasado 6 meses y predominan los recuerdos lindos de su vida. Pero los 16 es imposible no recordar ese momento.
Con mi papá hicimos una misa acá en Punta Arenas, por Marita y Lucas. Siento que ellos están juntos ahora, no me cabe duda que no se apartaron nunca, que volaron de la mano hasta el cielo y buscaron allí un lugar donde quedarse, siempre juntos, por supuesto.
También en Regina hubo misa, seguramente también en Bahía.
Es difícil resignarse a buscar en Dios su presencia y saber que ya es irreversible esta situación.
Mi mamá pudo visitar su tumba y fue duro para ella reencontrarse con un trozo de cemento y una foto con una linda sonrisa... Es parte de este duelo que nos falta.
Esto de estar sin ella no es fácil para nadie.
Un abrazo a todos los amigos que están con nosotros.
Ceci

Adriano dijo...

Y a seis meses de lo sucedido, no dejo de extrañar, de sentir que me falta algo...Debe ser por eso que ella sigue estando presente en mí y en todos nosotros (lo mismo para él), porque lo que se quiere no se olvida.

Un abrazo.